En Defensa de Judas

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Los Testigos de Jehová, en general, se caracterizan por juzgar y condenar a las personas aunque hipócritamente digan que no. Ellos son así porque sus líderes los inducen a esta conducta. Como ejemplo tenemos lo que la página oficial de esta secta ha escrito sobre el «pecado imperdonable».

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Note que aqui ellos dicen que «Dios no nos ha autorizado a juzgar a nadie», y que «Él puede perdonarnos incluso cuando nuestro corazón sigue condenándonos». Pero después se contradicen totalmente y afirman con toda seguridad que Judas Iscariote sí está condenado para siempre:

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Primero lo acusan de ladrón basándose en una porción del Evangelio según Juan (Juan 12:4-8). Sabemos que la información que ofrece este evangelio es más dudosa que la de los tres anteriores (los sinópticos), porque los contradice (vea mi artículo sobre este punto ). Además, suponiendo que fue realmente ladrón, eso no lo condena para siempre, por los mismos argumentos que los testigos de Jehová han dado arriba. En segundo lugar, los testigos de Jehová muestran dos porciones bíblicas en favor de su condenación eterna:

Cuando estaba con ellos yo los vigilaba por causa de tu propio nombre que me has dado; y los he guardado, y ninguno de ellos es destruido sino el hijo de destrucción, para que la escritura se cumpla.(Juan 17:12)

Cierto, el Hijo del hombre se va, así como está escrito respecto a él, mas ¡ay de aquel hombre por medio de quien el Hijo del hombre es traicionado! Le hubiera sido mejor a aquel hombre no haber nacido (Marcos 14:21)

El primer versículo, pertenece a un diálogo ficticio del cuarto evangelio, donde se afirma implícitamente que Judas tenía que ser destruído para que se cumpla una profecía inexistente del Antiguo Testamento, según la cual uno de los discípulos de Jesús tenía que traicionarlo. Busque en la Biblia Hebraica y nunca encontrará tal cosa. Esa profecía es parte de la imaginación de los cristianos. Ellos se basan en el Salmo  41:9, citado fuera de contexto en Juan 13:18. Este Salmo dice:

También el hombre que estaba en paz conmigo, en quien yo confiaba, que estaba comiendo mi pan, ha engrandecido contra mí [su] talón.

Pero esto lo escribió David refieriéndose a su amigo que lo  traicionó (muy probablemente Aitófel), y nada tiene que ver con Jesús. Y en la hipótesis de que  tal profecía se dio, sería injusto y absurdo declarar que «hubiera sido mejor que tal hombre no hubiera nacido», ya que  tenía que cumplirse lo que Dios había predicho. Los Evangelios caen en una gran contradicción lógica en este punto, porque si Judas no hubiera traicionado a Jesús, la profecía no podría haberse cumplido, y Dios quedaría como un falso profeta. Por lo tanto, para que se cumpliera la profecía tendría que nacer necesariamente este traidor, lo que ya lo absuelve porque estaba predestinado a esto. Judas símplemente sería instrumento de Dios para este fin.

Volviendo a la realidad, Judas ni siquiera traicionó a Jesús por 30 piezas de plata (Mateo 26:15), ya que es cláramente un invento del autor del Evangelio Según Mateo para que parezca que Zacarías 11:12,13 fuese una profecía sobre Jesús, ya que 30 piezas de plata es la cantidad que Zacarías recibe por su trabajo. Toma las monedas y las arroja «al tesoro de la casa de Jehová». Pero leamos mejor lo que dice Mateo:

3 Entonces Judas, que lo había traicionado, viendo que [Jesús] había sido condenado, sintió remordimiento, y devolvió las treinta piezas de plata a los sacerdotes principales y a los ancianos, 4 diciendo: “Pequé cuando traicioné sangre justa”. Ellos dijeron: “¿Qué nos importa? ¡Tú tienes que atender a eso!”. 5 De modo que él tiró las piezas de plata en el templo y se retiró, y se fue y se ahorcó. 6 Mas los sacerdotes principales tomaron las piezas de plata y dijeron: “No es lícito echarlas en la tesorería sagrada, porque son el precio de sangre”. 7 Después de consultar entre sí, compraron con ellas el campo del alfarero para sepultar a los extraños. 8 Por eso se ha llamado aquel campo “Campo de Sangre” hasta el día de hoy. 9 Entonces se cumplió lo que se habló mediante Jeremías el profeta, que dijo: “Y tomaron las treinta piezas de plata, el precio del hombre que estaba a precio, aquel a quien pusieron precio algunos de los hijos de Israel, 10 y las dieron para el campo del alfarero, según lo que me había mandado Jehová”. (Mateo 27:3-10)

Lo que está en color rojo es lo que  «Mateo» cita como profecía de Jeremías, pero en realidad es casi lo que está escrito en Zacarías 11:12-13. En el libro de Jeremías no se encuentra esto. Además, Zacarías dice que las monedas fueron arrojadas al tesoro de la casa de Jehová,  tal como  Judas hizo según Mateo. No obstante, en la Biblia Hebraica   Zacarías no  menciona  ningún «alfarero» como sostiene Mateo. Leamos la porción de Zacarías que extrajo Mateo:

12 Entonces les dije: “Si es bueno a sus ojos, den[me] mi salario, pero si no, absténganse”. Y procedieron a pagar mi salario, treinta piezas de plata. 13 Ante aquello, Jehová me dijo: “Tíralo al tesoro… el valor majestuoso con el cual he sido evaluado desde su punto de vista”. De consiguiente, tomé las treinta piezas de plata y tiré aquello en el tesoro en la casa de Jehová. (Zacarías 11:12,13)

Vemos que Mateo construyó su relato basado principalmente en Zacarías, escribió que  Judas arrojó las 30 piezas de plata al tesoro, tal como hizo Zacarías, pero adulteró  a  Zacarías para justificar la compra del campo del alfarero. No existe tal vesión de Zacarías donde se menciona al alfarero. Pero su referencia a un alfarero muy probablemnente  lo extrajo de Jeremías:

19:1 Así dijo Jehová: Ve y compra una vasija de barro del alfarero, y lleva contigo de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes; (Jeremías 19:1)

6 Y Jeremías dijo: Vino a mí la palabra del Señor, diciendo: 7 “He aquí, Hanameel, hijo de tu tío Salum, viene a ti, diciendo: ‘Cómprate el campo que tengo en Anatot, porque tú tienes el derecho de rescate para comprarlo.’” 8 Y vino a mí Hanameel, hijo de mi tío, al patio de la guardia conforme a la palabra del Señor, y me dijo: “Te ruego que compres el campo que tengo en Anatot, que está en la tierra de Benjamín, porque tú tienes el derecho de posesión y el rescate es tuyo; cómpralo para ti.” Entonces supe que esta era la palabra del Señor. 9 Y compré a Hanameel, hijo de mi tío, el campo que estaba en Anatot, y le pesé la plata, diecisiete siclos de plata.  (Jeremías 32:6-9)

Esto muestra que todo este pasaje de Mateo es una ficción inspirada en porciones tomadas fuera de contexto del Antiguo Testamento, en este caso de Zacarías y Jeremías. Un método midráshico de composición.

Así, se puede ver cláramente que el contexto de lo extraído de Zacarías y de Jeremías  nada tiene que ver con una traición a Jesús. Peor aún, Marcos dice que Judas era «uno de los 12» (Marcos 14:43), y tanto el Evangelo de Mateo como el libro de Hechos dicen que él murió antes que Jesús resucite. Pero esto es muy extraño, porque el apóstol Pablo dice en su primera carta a los Corintios lo siguiente:

3 Porque les transmití, entre las primeras cosas, lo que yo también recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; 4 y que fue enterrado, sí, que ha sido levantado al tercer día según las Escrituras; 5 y que se apareció a Cefas, entonces a los doce. 6 Después de eso se apareció a más de quinientos hermanos de una vez, de los cuales la mayoría permanece hasta ahora, pero algunos se han dormido [en la muerte]. 7 Después de eso se apareció a Santiago, luego a todos los apóstoles; 8 pero último de todos también se me apareció a mí como si fuera a uno nacido prematuramente. (1 Corintios 15:3-8)

Note que dice que, después de resucitar, Jesús se apareció «a los doce», como si Judas no hubiera hecho nada y no se hubiera suicidado. Esto indica que Pablo desconocía la historia del traidor. En el capítulo 1 del libro de Hechos se nos cuenta que los discípulos de Jesús eligieron a un sustituto para Judas llamado Matías, algunos días después que Jesús volvió al cielo (Hechos 1:26). Entonces, Jesús se habría aparecido a los 11, no a los 12 como dice Pablo en su carta a los Corintios, a menos que Pablo no supiera nada esta historia. O tal vez tal  historia de la traición fue un invento posterior a la generación de Pablo.

Por otro lado, hasta la manera como murió Judas no está bien definida, ya que el relato de Hechos y el de Mateo se contradicen en este punto. En realidad el relato de Mateo es ficticio, ya que fue tomado de la muerte de Ahitófel, quien traicionó a David (vea esto en Las Falsedades del Evangelio Según Mateo).

Por consiguiente, si los relatos sobre Judas son  dudosos en los Evangelios Canónicos, no tenemos ninguna base para condenar eternamente a una persona. La mayoría de  los textos bíblicos que se refieren a Judas son invenciones. Así, lo que publican los testigos de Jehová condenatoriamente es pura especulación que muestra una gran ignorancia. Ni siquiera la Iglesia Católica afirma tener certeza de la condenación eterna de Judas. Ni sabemos qué motivó su traición, si es que realmente es cierto que fue un traidor. Además, el evangelio de Lucas nos cuenta lo siguiente:

1 Ahora bien, se acercaba la fiesta de las tortas no fermentadas, la llamada Pascua. 2 Y los sacerdotes principales y los escribas buscaban de qué manera les sería eficaz deshacerse de él, porque temían al pueblo.3 Pero Satanás entró en Judas, el que se llamaba Iscariote, que se contaba entre los doce; 4 y él se fue y habló con los sacerdotes principales y los capitanes [del templo] acerca de la manera eficaz de traicionarlo a ellos.5 Pues bien, estos se regocijaron y convinieron en darle dinero en plata.6 De modo que él consintió, y se puso a buscar una buena oportunidad para traicionarlo a ellos sin que estuviera presente una muchedumbre. (Lucas 22:1-6)
Entonces, si Satanás poseyó a Judas para que traicione a Jesús, es injusto condenarlo; más bien, Dios tuvo la culpa al permitir que una criatura invisible entre en un humano y lo maneje como un muñeco sin que este pueda darse cuenta.
Los Testigos de Jehová deberían dejar a Judas en paz, y corregir sus fundamentalismos bíblicos que esclavizan sus vidas.